La lluvia nos cubría como un manto, protegiéndonos de la
maldad del mundo. Éramos jóvenes y disfrutábamos de las cosas sencillas de la
vida.
La lluvia arreció en la ciudad, cuando pronunciaste esas
frías palabras que no se podían comparar con el agua que caía sobre nosotros.
―Lo siento.
―¿Lo siento? ¿Qué
quieres decir con eso?
Éramos jóvenes y no nos importaba lastimar a otros. No
sabíamos nada de la vida, pero algo estaba claro, tú eras todo para mí.
No podía ver bien tu rostro, pero por tu voz podía saber
que estabas triste. Di un paso adelante, cuando me mostraste una mirada fría.
―No te quiero hacer
daño, Oeki.
―¿Por qué tendrías
que hacerme daño? Yo quiero estar contigo, ¿qué de malo puede tener eso?
No dijiste nada por unos segundos. Había aceptado mis
sentimientos y te los había hecho saber ese día en la escuela. Quizá había sido
muy directa, pero no tenía sentido ocultarlo más. Nos conocíamos desde que
éramos niños, ¿cómo podía seguir escondiendo esto que crecía y crecía
exageradamente dentro de mí?
Me acerqué a ti. Tú no pusiste resistencia alguna y aunque
lo hubieras hecho, yo no cambiaría mi opinión, ni mis sentimientos.
―Oeki…
Coloqué mi cabeza sobre tu pecho, cerrando mis ojos por
unos instantes.
―No me digas que es
imposible.
Dije con seriedad, intentando no llorar, pero no importaba
si lo hacía. La lluvia estaba conmigo para protegerme de todo.
Con vacilación alzaste tu mano, abrazándome cálidamente.
―En verdad lo siento.
Esas fueron tus últimas palabras hacia mí. Te alejaste de
mí, sin voltearme a ver. Mi corazón se hizo añicos mientras te veía partir.
Rompí en llanto.
Quise gritar pero ya no había nadie a quien reclamarle. Te
habías ido.
―¿De nuevo pensativa?
Me preguntó Naokee, uno de mis compañeros de clases que
acababa de integrarse a mi salón. Acababa de llegar del extranjero y yo había
sido la encargada de darle un recorrido por las instalaciones de la escuela. Era
un chico muy optimista y risueño, con esa sonrisa que rara vez se ve en un
hombre. Éramos amigos y siempre nos regañaban por hablar en clase.
El día de hoy llovía, lo que me hacía recordar ese momento
cuando no volví a saber de Kieno.
―¡O e k i!
―Déjala, Naokee, ¿qué no ves que está en el pasado?
Expresó Rinery, una amiga.
―Hmm…si, se ve.
Odiaba la lluvia. Me hacía sentir estúpida por haber
actuado así con Kieno. Suspiré, mientras las horas seguían pasando.
Volví a mi casa sin poner mucha atención a lo que hacía en
clases. Hacía exactamente un año desde que dejé de ver a Kieno, pero el dolor
aun no se iba.
Pasé toda la tarde en mi recámara, viendo el techo blanco.
Mis pensamientos estaban concentrados en ese día. ¿Será que alguna vez pueda
olvidarlo?
Mi celular sonó, sacándome de golpe de mi sueño despierto.
―¿Bueno?
―¡Hola, soy Naokee!
―¡Y Rinery también!
―¿Qué estás haciendo?
―De seguro estás
viendo a tu techo, soñando despierta, ¿verdad?
Me conocían tan bien que era imposible esconderles algo.
―Algo por el estilo.
―Vaya, que aburrida.
―¿Por qué no vamos al
cine?
―No, gracias. No tengo ganas de ver una película.
―Bueno, ¿qué tal el
parque? Necesitas un poco de aire.
―Parece que va a llover.
―¿Y eso qué? Somos
jóvenes, una simple lluvia no nos va a hacer daño.
Por un momento me imaginé la sonrisa de Naokee. De seguro
era contagiosa en este momento. Como me gustaría verla.
―Claro, tómate tu
vitamina C y todo estará bien.
―Hmm….no sé.
―Bueno, basta. En
media hora estamos en tu casa.
―¿Eh? Espera, Nao…
―¡Allá nos vemos!
―Ya lo escuchaste,
¡estate lista, Oeki!
Se acabó la conversación.
―¿Ves? Te dije que necesitabas un poco de aire. Mira que
hermoso parque tienes a sólo unos minutos de tu casa.
Dijo Naokee con emoción. No era normal ver a un hombre con
esa positividad, estoy segura que él era algo diferente…
―Creo que tenías razón.
Dije bajamente.
―¡Vamos a los columpios!
―¿Te sientes mejor?
Un nuevo día de clases. Todo marchaba bien y el sol había
salido de nuevo.
―Si, gracias.
Dije sinceramente. Naokee sonrió, tomando asiento a un lado
mío. Rinery no había venido a clases hoy, así que estaba sola con él.
Las clases transcurrieron como de costumbre, hasta que por
fin terminaron. Naokee me acompañó a casa, mientras me contaba sobre una
película que acababa de ver con su hermano. A él le encantaban las películas de
terror y siempre me las contaba con gran emoción. Era muy divertido estar con
él.
―Oye, Oeki.
―¿Qué pasa?
―¿Podría venir por ti…más tarde?
Preguntó con pena, siendo ésta la primera vez que lo veía
actuar así.
―Nunca me lo preguntas.
―Pues si pero, ahora no quiero ser una molestia para ti.
―Tu no eres ninguna molestia.
Reí.
―Ya sabes que puedes venir cuando quieras a la hora que
quieras. Bueno, menos pasada la media noche.
―Está bien, entonces vengo por ti más tarde.
―Ok. Hasta entonces.
―Sip.
―¿Cómo conociste este lugar?
Naokee me había llevado a un mirador donde se podía ver el
mar. Era la primera vez que venía a este lugar y eso que yo tengo años viviendo
aquí.
―Me lo enseñó un tío.
―¡Qué bonito!
―Que bueno que te gustó.
De nuevo esa sonrisa. ¿Cómo podía ser posible que alguien
tan cálido como él existiera?
―Gracias por traerme aquí, Naokee.
―Bueno, sobre eso…hay algo que me gustaría decirte.
―¿Sí? ¿Qué es?
―Es algo complicado de decir.
―Vamos, Naokee, tu no eres así. Dilo y ya.
―Está bien…
Él guardó silencio por unos segundos más.
―¡Vamos, Nao…!
―Me gustas mucho.
Eso era lo que yo llamaba velocidad…
No supe que decir por unos minutos. ¿Él…sentía eso por mí…?
Su mirada era seria y su sonrisa que tanto me cautivaba había desaparecido
instantáneamente. Sus palabras eran ciertas, pero yo no sabía como responderle.
En realidad, ¿qué sentía por él, aparte de una gran amistad?
―Naokee…
―Si, lo sé. Tú sigues enamorada de ese tal…como se llame,
pero quiero que sepas que yo nunca te haría daño. Lo que digo es en serio y quiero
que me creas. Te quiero más que como mi amiga, quiero estar contigo en todo y
para todo. Sé que no sientes lo mismo pero… no quita nada el decírtelo,
¿verdad?
Su sonrisa había aparecido de nuevo, y eso me gustaba.
Volvía a ser él.
―Bueno…
―No me tienes que decir nada, si no quieres hacerlo…
―No, yo… Dame un poco de tiempo para que lo piense, ¿sí? Me
caes muy bien y no quiero tener problemas contigo si digo algo apresuradamente
así que, solo unos días, por favor.
―Claro, para ti el tiempo que desees.
Volví a casa, cuando vi a alguien frente a ésta. Detuve el
paso, a lo que Naokee me imitó. Mi mirada estaba estática. Era una mentira,
¿verdad?
―¡Oeki!
―¿Ki…Kieno?
―¡Hacía mucho tiempo que no te veía! ¡Si que te has puesto
más bonita!
―¿Qué…? ¿Qué haces aquí?
―¿Cómo que qué? Ya regresé. He regresado, Oeki.
Un año y él había regresado como si nada. Mi corazón
comenzó a latir apresuradamente, pero desconocía este sentimiento. Ya no era
como antes, era diferente.
―Bueno, Oeki, ya me voy. Nos vemos mañana.
―Ah, claro, Naokee.
Naokee miró con desprecio a Kieno, lo cual era obvio. Se
fue con su rostro inexpresivo y pude sentir que estaba molesto. Acababa de
decirme lo que sentía por mí y Kieno aparecía. Sabía lo que eso significaba,
¿pero lo sabía yo?
―¿Por qué has venido aquí?
―Ya te dije que regresé.
―No, a eso no me refiero. ¿Por qué a mi casa?
―Quería verte de nuevo.
―¿Por qué?
―¿Cómo que por qué, Oeki? Eres mi amiga de la infancia, es
obvio que lo haga.
―No, Kieno. No. ¿No recuerdas lo que me hiciste? ¿Cómo
puedes venir como si nada hasta acá?
―Vamos, Oeki, ¿sigues con eso? Pensé que ya lo habías
olvidado.
―¿Cómo olvidarlo? ¿Cómo olvidar lo que me hiciste sentir
aquella vez? Te dije lo que sentía y a ti te importó un comino, ¿cómo crees que
podría olvidar eso?
Estaba molesta, demasiado molesta por seguir pensando en
él. Él me había lastimado y ahora se presentaba ante mí tan tranquilo como
cuando éramos niños. Pero ya no lo éramos. Ahora me daba cuenta de la realidad.
La única persona que me sacó de esa depresión fue Naokee con su sonrisa. Con
esa sonrisa que me hacía pensar en cosas agradables, en él.
Repentinamente la lluvia comenzó a caer, como si fuera una
clase de mensajera divina. No necesitaba más tiempo, necesitaba ser valiente de
nuevo, ahora más que antes.
―Espera, Oeki.
―Lo siento, Kieno.
Di la vuelta, comenzado a correr.
―¡Oeki!
Corrí con todas mis fuerzas, bañándome por completo bajo la
lluvia. Tenía que decirlo, tenía que gritarlo.
―¡NAOKEE!
Grité fuertemente. Él volteó. Me acerqué a él, pero él me
miraba desconcertado. Pensaba lo peor.
―Oeki, ¿pero qué haces? Está lloviendo.
―Eso que, somos jóvenes.
―¿Y Kieno? ¿Qué pasó con él? No me digas, me lo imagino.
―¿Ah sí?
―Claro, es obvio.
Tristeza, eso connotaba su voz.
Me acerqué más a él. Ahora no tenía miedo, sabía la verdad
y eso me bastaba para continuar.
―¡Oeki!
Llegó Kieno, pero no me importaba. Él ya no era nada para mí.
―¿A quién miras? Estoy justo delante de ti, mírame a mí.
―Oeki….
Tomé aire, pues lo necesitaba por haber corrido tanto.
―No hay nada que pensar…
―Espera…
―No, espera tu.
―Él está aquí, no tienes que decirme nada.
―Claro que tengo que hacerlo y quiero que me escuches bien.
―Pero…
Coloqué mi dedo índice sobre sus labios. Él no replicó nada
más.
―Me gusta tu sonrisa, no, me encanta. Me encanta estar
contigo, me encanta que me cuentes esas películas, me encanta que me llames a la
hora que sea y que vengas a mi casa siempre que quieras. Me encanta tenerte
como mi amigo. Quiero que sepas que tú fuiste quien me hizo ver el sol de nuevo
y no seguir amando ésta lluvia fría y me encantaría más, estar siempre contigo.
―¿Eh?
―¿Qué? ¿Tienes un problema con eso?
―Espera, es que creo que no escuché bien… Tú “amor” está
detrás de ti y tú estás…
―No, te equivocas. Ese amor está justo delante de mí.
Naokee comenzó a reír, lo que hacía que ésta lluvia no se
sintiera tan pesada.
―Por eso me gustas mucho, Oeki.
―Estamos igual.
La lluvia me protegía y ella me había hecho darme cuenta de
la realidad y de lo que necesitaba. Él era todo lo que me podía hacer feliz y
ella me lo había dado. Él me aceptaba por lo que era y a mi me encantaba su
forma de ser. La lluvia nos bendijo, haciéndonos muy felices.
Éramos jóvenes, pero definitivamente conocíamos nuestros
sentimientos perfectamente.
―Aunque pasen los años, te sigo amando más que el primer
día.
No volví a saber nada de Kieno. Mis ojos y corazón, todo yo
ahora pertenecían a una persona diferente, a alguien único y especial que me
hacía sentir viva y más feliz conforme pasaban los años.
Como gotas de agua, siempre que la lluvia pasa, deja cosas
nuevas en tu camino.
**Comentarios del Autor; ¡Aww! ¡Una historia de amor espontánea!
┣¨キ(*゜д゜*)┣¨キ Creo que ese día estaba muy inspirada. ¡Yeih! Como pueden ver es una linda historia de amor llena de pureza. Me gustó mucho. Amo crear personajes como Naokee, con una linda sonrisa. Me pregunto por qué... Bueno, espero les haya gustado. Ésta vez no hice un dibujo como portada porque se me olvidó, (;´Д`), pero para la próxima habrá un lindo dibujín. Para la creación de éste one-shot, me inspiró solamente una canción (increíble pero cierto). "LOST UNDERAIN de 2the DISCOLAND" Me tardé en escribir esto como en una hora, y esa canción no dejó de tocar. (1 hora porque estaba cantando al mismo tiempo que escribía). Ya casí me estoy aprendiendo la letra de la canción, la cual habla sobre la lluvia, es por eso que ese el tema principal de éste one-shot. No estoy muy segura de que la canción sea de amor o no...(me falta práctica en mi japonés), pero lo que sé es que ese fue el sentimiento que me invadió al escucharla. En este momento, mientras editaba ésta entrada y escribo éstas líneas, estoy escuchando "UNDER de Valluna" y por una extraña razón, no puedo dejar de escucharla... Ya van 6 veces que la escucho sin parar; no mucho pero irá creciendo ésta cifra. Bueno, eso es todo. Me despido y a ver que nos depara la vida mañana. ¡Bye, bye! (=゜ω゜)人(゜ω゜=)
┣¨キ(*゜д゜*)┣¨キ Creo que ese día estaba muy inspirada. ¡Yeih! Como pueden ver es una linda historia de amor llena de pureza. Me gustó mucho. Amo crear personajes como Naokee, con una linda sonrisa. Me pregunto por qué... Bueno, espero les haya gustado. Ésta vez no hice un dibujo como portada porque se me olvidó, (;´Д`), pero para la próxima habrá un lindo dibujín. Para la creación de éste one-shot, me inspiró solamente una canción (increíble pero cierto). "LOST UNDERAIN de 2the DISCOLAND" Me tardé en escribir esto como en una hora, y esa canción no dejó de tocar. (1 hora porque estaba cantando al mismo tiempo que escribía). Ya casí me estoy aprendiendo la letra de la canción, la cual habla sobre la lluvia, es por eso que ese el tema principal de éste one-shot. No estoy muy segura de que la canción sea de amor o no...(me falta práctica en mi japonés), pero lo que sé es que ese fue el sentimiento que me invadió al escucharla. En este momento, mientras editaba ésta entrada y escribo éstas líneas, estoy escuchando "UNDER de Valluna" y por una extraña razón, no puedo dejar de escucharla... Ya van 6 veces que la escucho sin parar; no mucho pero irá creciendo ésta cifra. Bueno, eso es todo. Me despido y a ver que nos depara la vida mañana. ¡Bye, bye! (=゜ω゜)人(゜ω゜=)