"En este mundo todos estamos locos, de lo contrario nadie hubiera sobrevivido como hasta ahora lo ha hecho" ~~Lilium Gore

viernes, 28 de septiembre de 2012

Oscuro (poema)

**Nota importante**: Todos los trabajos aquí puestos están bajo COPYRIGHT (Derechos de Autor), así que por favor ¡NO LOS USEN SIN MI PERMISO! Y si lo hacen, al menos sean tan amables de poner MI NOMBRE como autor, que ser escritor no es nada fácil como para que roben mis trabajos. Gracias. :)





La araña que teje y teje,
se ha convertido en una polilla.
Sus alas ahora son telarañas plateadas,
decoradas por sus ex presas.
El rojo carmesí ha evolucionado también.
Ahora es negro, el color de la muerte.
La mujer revestida de diamantes sucios ríe extasiada,
mientras esos hombres disfrutan de su ser.
Luna escarlata, noche sin fin.
Las luces de colores que iluminaban la escena,
cambiaban,
 regocijándose al compás del placer de esa mujer barata.
La serpiente apareció,
Comiendo de ese podrido pero a la vez delicioso manjar
ya comido anteriormente.

Una ventana abierta,
una brisa incómoda.

La araña ahora siendo una polilla entró,
viendo aquella incomprensible escena, llena de sudor.

Una idea macabra.

La noche se apagó,  dejando solo el olor a incienso.
La mujer despertó.
Su cuerpo estaba lleno de la saliva de esos hombres.  

Un minuto;
Un nuevo dolor.
Un vientre abultado.
Otro minuto.

El cascarón encarnado se movió,
como un tsunami creando un fin.
La sangre brotó, manchando la sonrisa perversa
de aquella mujer barata y vulgar.
La sonrisa del bebé carcomido.

Un corazón que vivía, un alma que existía.
Sangre negra, roja muerte.
La araña con alas de presas se encarnó,
deseando nacer de nuevo.
Ella era perfecta, ella era obscena.

Un mes, eso dijo él.
Odio, odio, odio.
Rencor…más odio.
La mujer ahora llena de aceite rio,
perdiendo el sentido del mundo.
El incienso se esparció por el ambiente,
una risa macabra lo mató.
El cascarón se rompió antes del reloj,
el aceite blanco salió expulsado,
la bolsa se agrietó.

La mujer destruyó el capullo sin tiempo,
cortando el aire, extinguiendo el espíritu.
La araña berreó, mientras veía sus alas caer,
mientras veía su cuerpo cercenado en partes,
mientras observaba su desmembrado ser.

Uno ojo aquí,
una pata allá.
¿Qué más daba donde cayera?

Las presas salieron furiosas, llenas de ira y frenesí.
¿Qué había hecho?
Un llanto,
Una gota carmesí.

La flor que pendía de la ventana cayó,
mientras esa mujer obscena se convulsionaba en su maldad.

¿Por qué?

Una mueca agonizante,
un corazón sin palpitar.

La araña que deseaba renacer, se había convertido en ceniza inalcanzable.
Solo había sangre, solo había maldad.

Poco a poco,
lentamente,
esa luz desapareció para siempre sin llorar más.
Inexistente, irreal.
Eso era él, eso era ella.

El rosal que nunca volvería a florecer.
La oscuridad que nunca pasará de nuevo.